martes, 21 de junio de 2011

EL DIENTE DE ORO.

EL DIENTE DE ORO.
Soy Efigemio Díaz, si escúchame bien, ese es mi nombre, ves este diente de oro, es de verdad, si, si es de oro, oro de 14 quilates, ¿te gusta?, a mi me encanta, míralo bien, ve como brilla anda acércate, tócalo si quieres, ¿se siente bien no?.
Efigemio! Deja al niño en paz, otra vez presumiendo tu estúpido diente de oro, ya te he dicho que no hagas eso con los niños, Raulito ven para acá, no llores mi vida, tu abuelo está loco, tantos golpes en su cabeza lo hicieron perder la razón. Ya ves lo que provocas Efigemio, ya hiciste llorar a la cría, hay si serás, tú y tu estúpido diente de oro.
No es ningún estúpido diente de oro Martha, tu sabes que me costó una fortuna, es toda una joya que con orgullo llevo en la boca, esa pelea en la que perdí mi diente normal fue por tu amor no lo recuerdas, no recuerdas como destroce al pinche taxista que te vio las piernas en la calle, es una muestra de lo mucho que te he amado en toda mi vida.
Ay Efi, eso fue hace tanto tanto tiempo, aparte tu siempre insististe que el microbusero…
Taxista Martha taxista.
No, Efigemio Díaz, no volveré a tener esta discusión contigo, no fue un taxista, y para tu desgracia tampoco fue un microbusero, fue “la mosca” del microbusero el que has asegurado tanto tiempo me vio las piernas. Pero tú crees que este par de piernas flacas que he tenido toda mi vida son dignas de ser vistas y dignas una pelea por ellas. -Ya ya ya Raulito deja de llorar tu abuelo está loco-.
Pues mira mujer, si no quieres que tu macho presuma que perdió su diente frontal por tu amor y respeto no lo hare nunca más, presumiré que fue por alguna de mis novias, o por la Zanahoria o la Tecates, esas si valorarían lo que este diente les significa.
Esas! Esas!, esas pinches viejas siempre de resbalosas Efigemio y tu siempre tan coscolino, pero si serás de verdad ahora si ya me hiciste enojar, me voy a la cocina, vente Raulito, te digo que lo que tu abuelo tiene de viejo lo tiene de baboso, vente mi vida ya no llores. Anda deja de andar de bruto Efigemio y traite una Coca de la tienda de la esquina, ya van a llegar los muchachos a comer.
Está bien está bien mujer ya no te hare enojar, voy a la tienda, pero voy a la que está a un lado de la recaudería de la Viceroy, ella siempre me chulea mi diente.
A pero si serás burro Efigemio tu de verdad quieres que te tire el otro diente, has de querer traer el par de oro, 28 quilates en el hocico es lo que quieres verdad, ándale ya viejo volado vete por el refresco y pobrecito de ti si te tardas más de lo normal, orales, a la tienda del gordo, y derechito que ya llegan los muchachos, ándele!.

Ensayo literario 3

Voy en el auto disfrutando la suave brisa del primer día de verano, voy de regreso de un largo día laboral, sin embargo hoy no regreso fatigado, me acompaña la ilusión de encontrarte, voy presuroso y acelero el auto, quiero sentir el nerviosismo al llegar a tu edificio, los minutos serán horas mientras bajas a recibirme, y las ansias como siempre se apoderaran de mí una vez más. En mi cabeza me pregunto ¿Qué vestirás hoy?, ¿Cuál será el olor de tu estela al caminar?, ¿el color de tus labios será tan rojo como la última vez?, o será de un nuevo tono que me anclara a no despegarles la mirada hasta tenerlos junto a los míos.
Recuerdo nuestro último encuentro, Ancio nuestro último encuentro, te imagino como en nuestro último encuentro, quiero repetir ese último encuentro.
Y recuerdo tu boca, tan húmeda y suave, tan impetuosa e irrespetuosa, con esos labios de ensueño que se apoderaban de mi cuello y mis oídos, me besaba todo en un arrebato de lujuria y carnalidad, y yo flotaba y navegaba en el calor de tu cuerpo.
Recuerdo tus manos, cálidas y sumisas al principio, pero al pasar de las caricias recuerdo como ellas me hicieron suyo y yo jugaba a sostenerlas fuerte mientras te tomaba, me encantaba ver tu rostro delirante de placer, me excita aquí en la espera el recuerdo de tus ojos perdidos, la manera en que te sostenías de mi cintura, puedo sentir aquí esperándote el calor de tu cuerpo, el movimiento de tus caderas, el éxtasis junto a ti es especial, es único, y los dos somos uno en esa habitación de allá arriba, y los dos somos uno cada jueves a las 7:00 pm, y los dos somos uno en cada beso, en cada caricia, en cada desnudarnos, en cada…
Bueno, si, si estoy aquí abajo, ¿Cómo que no bajaras?..., ¿Cómo que estas ocupada con alguien más?, Pactamos nuestro encuentro la semana pasada y justo ahora me dices que no puedes bajar porque el llego primero y pagara el doble, pero era un trato, todos los jueves a las 7…, ¿Cómo que no confirme hoy antes de venir?, no, mañana ya será muy tarde, no si no bajas ahora me pierdes para siempre, ¿Cómo que no exagere?, pensaba pagar por esto, pago el doble de lo que él te pagara, ¿ cómo que no insista?, bueno! bueno!, me ha colgado, maldita perra, ¡todas son iguales!...
Bueno, si, si Claudia, soy yo, si el flaco, ese mismo amor, estas libre esta tarde, perfecto, llego en 30 minutos, te llamo al estar abajo, un beso preciosa, adiós.